jueves, julio 31, 2008

El país del agua - Jacqueline Balcells

Libro: El país del agua

Autor: Jacqueline Balcells
Nacionalidad: Chilena
Año de publicación: 1991
N° de páginas: 195

El país del agua es una lectura para niños y jóvenes en donde la fantasía y la hermandad son el elemento principal.

Jacqueline Balcells es una escritora de literatura infantil. Poseedora de una prosa simple y limpia, en sus cuentos predomina el humor, lo imaginativo, fantástico y poético, incluyendo siempre un mensaje donde se destaca el poder de la inteligencia y la verdad.

Otros libros de su autoría son "El archipiélago de las puntuadas", "El polizón de la Santa María", "El jardín del terremoto", "El niño que se fue en un árbol y otros cuentos", “La Pasa Encantada”, "La hacedora de Claros y otros cuentos", "El niño que salvó del río", "El tesoro del monaguillo", "El príncipe chiflado", "Cuentos de los reinos inquietos", "Siete cuentos rápidos y cinco no tanto", "Querido fantasma".

Resumen:

La familia Paguro se fue de vacaciones por un mes. Mientras están en el lago, una fuerte lluvia los hace pensar en dejar el campamento y partir a otro lugar. Peregrina no quiere irse y corre al bosque y llora. Una anciana aparece y le habla de la Ondina y del supuesto motivo de la lluvia. Desde ese instante la niña no deja de pensar en eso.

En otra ocasión, la niña tiene un encuentro con la Ondina, quien la ayuda a esconderse tras una cascada. Se hacen amigas. La Ondina quiere recordar quien es.

Con sus cabellos ella sabía hacer animales muy bellos que eran usados como carnada para pescar por el papá de la niña.

Luego de llegar a Bahía Eliseo, Peregrina decide ir al mar con sus dos hermanos para buscar a la Ondina. Cuando ella salió, conversaron un rato hasta que un remolino gigante los arrastró hasta el fondo del mar. Ahí apareció Nereo, el padre de la Ondina, quien quiere castigar a la raza humana. Los tres hermanos tratan de convencerlo hasta que Nereo los perdona.

Frases del libro:

- Las lágrimas inundaron su rostro bajo la capucha; y mientras más lloraba, más pena le daba, y más sola se sentía.
- No es bueno llorar en los días de lluvia ¡Se junta demasiada agua!
- Los buenos pescadores sabemos esperar.