martes, junio 13, 2006

Para que no me olvides - Marcela Serrano


Libro: Para que no me olvides
Autor: Marcela Serrano
Nacionalidad: chilena
Año de publicacion: 1995
Nº de hojas: 271
 

Para que no me olvides es el relato de tres maneras diferentes de enfrentar la vida. La obra muestra el sentir de una mujer que observa silenciosamente, debido a una enfermedad que la deja incomunicada, cómo su vida y su supuesta seguridad se derrumban gradualmente.

Marcela Serrano ha estado siempre comprometida con la realidad política del país y es defensora de las reivindicaciones feministas, factor que siempre esta presente en sus obras.

Otros libros de su autoría son: "Nosotras que nos queremos tanto", "Antigua vida mía", "El albergue de las mujeres tristes".

Resumen
Historia de Blanca, una mujer "feliz" con su vida rutinaria y acomodada. Por cosas del destino toma contacto con una familia de otra clase social, con una historia de vida muy distinta a la de ella. En medio de ese mundo conoce al hombre que cambiará su vida y cae en la infidelidad, algo tan impensado y lejano para ella hasta ese momento. Al ser descubierta, pierde a su marido y su hijo mayor. Su amante, agobiado por las torturas de su pasado, se va del país, pensando en que es lo mejor para los dos. A Blanca le sobreviene un ataque de Afasia, una terrible enfermedad que le quita el habla y toda forma de comunicación. Sola en su casa de campo, toma una drástica decisión. 
 
- "No hay soledad que se compare a la de ser una mujer."
- "Mi única certeza de estar viva eran mis enormes ganas de estar muerta."


Frases del libro:
- Las rabias se van junto con las pataletas, ¿verdad?. Pero la amargura queda. Y eso causa feroces depresiones.
- Parece que definitivamente, toda madre ajena es una estupenda madre a nuestros ojos.
- Avanzar en el conocimiento es un drama, porque cada paso que das te amplía la conciencia sobre lo que aún no conoces.
- En los tiempos de mi abuela nada se echaba a la basura. Tampoco la experiencia. Un beso era casi único en la vida y se atesoraba. El dolor se guardaba con rigor para no olvidarlo. Así aprendieron de él. En los tiempos míos, medias, dolores y besos, todo se consume, todo se rompe, todo se desecha.
- No hay soledad que se compare a la de ser una mujer.
- y si contemplas las estrellas y se te llena el alma de imposibles, es que mi soledad viene a besarte.
- Qué fácil es ser buena, cuando la vida es buena con una.
- Al final, los hechos no son los importantes, sino la fantasía sobre los hechos.
- Mi única certeza de estar viva eran mis enormes ganas de estar muerta.

jueves, junio 01, 2006

Nosotras que nos queremos tanto - Marcela Serrano


Libro: Nosotras que nos queremos tanto
Autor: Marcela Serrano
Nacionalidad: Chilena
Nº de páginas: 366
Año de publicación: 1991

Nosotras que nos queremos tanto es una historia de cuatro amigas cincuentonas que repasan sus vidas, sus encuentros y por sobre todo sus desencuentros. Son historias de mujeres, contadas desde un punto de vista profundamente feminista. También relata el mundo de la política y la represión en Chile durante el gobierno militar.

Marcela Serrano es una de las figuras más destacadas de la nueva narrativa chilena y de América Latina.

Otros libros de su autoría son "para que no me olvides", "Antigua vida mía", "El albergue de las mujeres tristes", "Nuestra señora de la soledad", "Lo que está en mi corazón".

Resumen:

Cada protagonista es única:

- Isabel viene de una familia donde tomó el lugar de la madre -pues ésta era alcohólica- cuidando a sus hermanos y ahora tiene cinco hijos.

- María una “niña bien”, cuidada por una nana en la infancia y que hasta ahora depende de la servidumbre.

- Sara que vivía con sus tías que no querían que estudiara, pero lo hizo hasta convertirse en una profesional comprometida, se enamoró perdidamente de su esposo, pero éste la abandona.

- Ana, es quien nos relata la historia. Pero ella también tiene su propia historia.

Estas cuatro amigas, se reúnen a orillas de un lago, en el sur de Chile. Dan curso a un relato apasionado de sus historias personales. Son vidas marcadas a fuego por la experiencia socialista de Allende y el golpe militar de 1973, pero también por la huella más íntima del amor y el dolor, el desengaño y la compasión. La narradora entrelaza los hilos de estas biografías con las de otras mujeres -amigas, hermanas-, planteando página a página los dilemas de la libertad y la sumisión, la infidelidad y el matrimonio, el trabajo y el sexo.

Frases del libro:
- La existencia de las mujeres en los hombres está en el patio de atrás de sus mentes.
- La menstruación es la cruz en la vida de las mujeres, como si con dolor y sangre pagasen, mes a mes, año a año, por ser dueñas de ese privilegio de reproducir. Lo desconcertante es que son los pecados los que merecen que uno pague por ellos, no los dones.
- Si llevas el desayuno a la cama el primer día, nunca más dejaras de llevarlo. Es así como los primeros gestos determinan el carácter final de las relaciones.
- Si me pasó lo que me pasó, fue porque yo lo permití.
- La adversidad ayuda a crecer.
- Se nace solo, se muere solo, se Es solo.
- Nada es sólo dulce, nada es sólo grasa.
- Son los malos recuerdos los que impiden que la ira cicatrice.
- Los hombres viven las relaciones y son las mujeres las que las piensan.
- Toda mujer tiene un secreto por pequeño que sea.
- No hay nada tan terrible como para no ser dicho.
- Al hacer pública esa culpa privada, transformas la culpa en vergüenza, y esa es una emoción bastante más tratable.
La mujer únicamente es capaz de convertirse en una persona adulta por el hecho de que tiene que vivir más tiempo entre el final de su época de plenitud y el momento de su muerte.
- Integrar las experiencias y asimilarlas. Es un buen paso para asomarse a la sabiduría.
- No pasaré la vejez sola, es el peor momento para la soledad. Lo que en la juventud es símbolo de autonomía y de desenfado, en la vejez se vuelve indigno.
- Ella se decía en voz alta que no se le había presentado la oportunidad, pero su conciencia le decía en voz baja, que no se había atrevido.
- Las tristezas están, definitivamente, mal repartidas.
- Nada da más cabida a las "otras mujeres" que la ausencia de la propia.
- Por generar sentimientos en los demás, olvidó generarlos en sí misma. Por estar atenta al sentir del otro no se sintió ella. Algo le taladra el corazón al comprender que por mirar a través de otros, no vio. Por encender a los demás, se apagó. Y ahora no sabe qué hacer con tanta desolación.